15 de noviembre de 2014

Medio loco como tú, como aquel verano azul que se nos fue de las manos.

Aquella sensación que me invadía, que permitía que pudiera ser completamente yo, que hacía que mi sonrisa brotara de la nada mientras por mi cuerpo subía una descarga, podríamos decir "eléctrica", que conseguía siempre ponerme los pelos de punta. 

Esa sensación que parece que quieres que recuerde cada vez que estoy contigo, cada vez que nos miramos a los ojos para decirnos con gestos lo que nunca, desde hace mucho, nos hemos dicho con palabras. Debe ser que las letras nunca fue lo tuyo y fue más lo mío, eso está más que claro, yo aquí escribiendo como forma de echarte menos de menos y tu sin casi pestañear, sin ser consciente de lo que sucede o siendo demasiado consciente ya que el miedo parece salir por todos los poros de tu cuerpo. 

Hace tiempo, mucho tiempo, me dijeron que ese tiempo que ha pasado ya era la cura de todos mis problemas, pero aún sigue doliendo, o más bien picando, cada vez que tus brazos rodean mi tronco para hacerme desenfadar y te hable, aún sabiendo que ni el más temible de los torbellinos puede conseguir que las palabras se vayan de mi boca y nunca más se dirijan a ti. Qué difícil es el momento en el que sabes que nunca vas a llegar al límite porque se quedó demasiado alto, nunca vas a llegar a asumir delante de él que ojala no solo fuera para un rato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario